La sudoración es una función fisiológica de la piel, llevada a cabo por las glándulas sudoríparas, y que garantiza a nuestro cuerpo una correcta termoregulación. Cuando la temperatura de nuestro cuerpo aumenta, ya sea por aumento de la temperatura ambiental, por un estado de nerviosismo, por una práctica deportiva u otros motivos, se dispara un estímulo que activa nuestras glándulas sudoríparas, y esto hace que empiecen a liberar el sudor que impregna y humedece la piel y por evaporación, produce la reducción de la temperatura corporal, para mantenerla por debajo de 37ºC.
Sin embargo, así como la sudoración es un proceso fisiológico normal, y deseable en los momentos indicados, sin el cual sufrimos hipertermia y otros problemas de salud, se puede llegar a convertir en un problema cuando se produce de forma excesiva, o en momentos inapropiados, pudiendo ocasionar problemas de interacción social a la persona que los padece.
Las áreas corporales que con mayor frecuencia sufren este problema de hipersudoración, son las axilas, palmas de manos y plantas de pies, aunque tampoco es raro encontrar pacientes con problema de hiperhidrosis en espalda, torso, e incluso región inguinal o perigenital.
Esto, no solo provoca un problema por la humedad en si misma, que ademas de manchar la ropa, resultando incomodo para aquella gente que trabaja de cara al público, sino que además puede llegar a provocar en quien lo sufre una evitación al contacto físico para no “mojar” a la otra persona, en actos tan cotidianos como dar la mano, o dar un abrazo.
Además de esto, el exceso de sudor en zonas como axilas, ingles o pies, puede llevar a un aumento del olor corporal de estas áreas, lo cual tampoco ayuda en las relaciones sociales.
A nivel de las manos puede llegar a implicar una dificultad en el desempeño del trabajo habitual, ya que el exceso de sudoración puede dificultar el manejo de algunas herramientas de trabajo o implicar el que documentos o papeles se mojen o arruguen por la excesiva sudoración.
Por si esto fuera poco, esta hipersudoración, en el caso de la hiperhidrosis primaria (que es la más frecuente) tiene una alta dependencia emocional por lo que al agravarse en momentos de nerviosismo o ansiedad implica que la propia situación de exceso de sudoración, por la incomodidad y nerviosismo que genera en quien la padece, no hace si no empeorarse a si misma.
Actualmente, existen infinidad de productos cosméticos anti-transpirantes o con efecto secante que pueden mejorar temporalmente las hiperhidrosis más leves pero en los casos mas intensos y sobre todo en épocas de calor como en verano, no son suficientes, y en ocasiones, sobre todo en las manos, la mezcla del producto con el exceso de sudor, puede hacer que sea peor el remedio que la enfermedad.
Actualmente contamos ante este problema con un arma de probada eficacia, como es la Toxina Botulínica, que infiltrada localmente en los lugares con problema de hipersudoración consigue realizar un bloqueo colinérgico a nivel de las glándulas sudoríparas, consiguiendo eliminar ese exceso de sudoración local, sin provocar en ningún momento una hipersudoración compensatoria en las áreas adyacentes, logrando controlar el problema, con una efectividad que se puede llegar a mantener hasta 6 meses.
El tratamiento con Toxina Botulínica en el centro dura poco mas de media hora, tras haber realizado una correcta historia clínica que garantice la indicación y efectividad del tratamiento, y dado que se realiza con finísimas agujas que no producen a penas dolor ni sangrado, el paciente puede reincorporarse de inmediato a su rutina diaria.
El efecto del tratamiento con Toxina Botulínica se empieza a observar de forma progresiva a los 2-3 días, habiéndose demostrado en el 90% de los casos una importante disminución o desaparición de la sudoracion en las zonas tratadas.
Debe evitarse en las primeras 24h el ejercicio físico, y el uso de instalaciones de calor como saunas, baños turcos o similares.
Tratamiento de alta efectividad, sin baja social ni laboral, con una altísima satisfacción entre los pacientes que lo han probado, y sin riesgos de efectos secundarios, que se limitan a algún posible hematoma local por las punciones, molestia leve que desaparece en las primeras horas, o discreta debilidad en el caso del tratamiento de las palmas de las manos, que desaparece en pocos días.